173° aniversario del paso a la inmortalidad del Gral. José de San Martín
En nuestro país se lo reconoce como el “padre de la Patria” y el “Libertador” y se lo valora como el principal héroe y prócer del panteón nacional. José Francisco de San Martín falleció en Boulogne-sur-Mer, Francia, el 17 de agosto de 1850. Fue un militar cuyas campañas fueron decisivas para las independencias de la Argentina, Chile y Perú.
Conocé la reconstrucción digital del rostro del Padre de la Patria realizada por Ramiro Ghigliazza
En abril de 1784, cuando tenía cinco años, llegaba con su familia a Cádiz, España (previa estadía en Buenos Aires), radicándose luego en la ciudad de Málaga.
Comenzó sus estudios en el Real Seminario de Nobles de Madrid y en la Escuela de Temporalidades de Málaga en 1786. Ingresó posteriormente en el ejército español haciendo su carrera militar en el Regimiento Murcia. Combatió en el norte de África y luego contra la dominación napoleónica de España, participando en las batallas de Bailén y La Albuera.
Con 34 años, en 1812, habiendo alcanzado el grado de Teniente Coronel, y tras una escala en Londres, retornó a Buenos Aires, donde se puso al servicio de la Independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata.
Se le encomendó la creación del Regimiento de Granaderos a Caballo (que hoy lleva su nombre), el cual logró el triunfo en el Combate de San Lorenzo. Más tarde se le encargó la jefatura del Ejército del Norte, en reemplazo del General Manuel Belgrano. Allí concibió su plan continental, comprendiendo que el triunfo patriota en la guerra de la independencia hispanoamericana sólo se lograría con la eliminación de todos los núcleos realistas que eran los centros de poder leales a mantener el sistema colonial en América.
Nombrado gobernador de Cuyo, con sede en la ciudad de Mendoza, puso en marcha su proyecto: tras organizar al Ejército de los Andes cruzó la cordillera del mismo nombre y lideró la liberación de Chile, en las batallas de Chacabuco y Maipú.
Luego, utilizando una flota organizada en Chile, atacó al centro del poder español en Sudamérica, la ciudad de Lima, declarando la independencia del Perú en 1821.
Finalizó su carrera de las armas luego de producida la Entrevista de Guayaquil con Simón Bolívar, en 1822, donde le cedió su ejército y la meta de finalizar la liberación del Perú.
Según explicó el presidente del Instituto Nacional Sanmartiniano, Eduardo García Caffi, “en sus campañas llevaba baúles con más 800 libros y fundó bibliotecas en cada uno de los lugares en los que le tocó actuar”.
Para el titular del organismo encargado investigar y divulgar la vida y obra del Padre de la Patria, el principal legado que dejó el prócer es el hecho de pensar la libertad a través de la educación. “Al arte, la ciencia y la cultura les daba un lugar preponderante. En Lima, en trece meses construyó una nación que entre sus normas permitió el ingreso de artistas populares. Son aspectos sustanciales que nos dejó San Martín para la construcción de la patria”, explicó García Caffi.
Indagando sobre la vida privada del prócer, García Caffi develó que “tocaba la guitarra y jugaba muy bien al ajedrez. En campaña era una persona muy austera, que comía de pie y acompañado por su asistente. Tenía conversaciones muy interesantes de seguir”.
Partió hacia Europa, donde murió el 17 de agosto de 1850.
En Perú también se lo recuerda como el “Fundador de la Libertad del Perú”, el “Fundador de la República”, el “Generalísimo de las Armas” y el «libertador» del país. El Ejército de Chile le reconoce el grado de Capitán General.