En gran parte del mundo hay una verdadera emergencia en bullying porque se salió mal de la pandemia, les sentó mal a los chicos de 5 a 18 años, y el buylling se multiplicó y no podemos pararlo”, graficó el titular de la ONG Javier Miglino, entidad no gubernamental que atiende, asesora y reporta casos sobre este flagelo, en un escenario de falta de políticas públicas y de una verdadera asunción y compromiso social para enfrentar la problemática.

Acerca de cómo se debe actuar ante casos de bullying, dijo que hay un “protocolo internacional muy claro: hay que comunicarse con el docente, y que hablen con nosotros (con la ONG). Son 15 días seguidos para resolver, y si eso no prospera, hay que hablar con un directivo de la institución, y dar dos semanas más. Si pasa es mes, desde Bullying Sin Fronteras nos vamos a comunicar con el colegio y el Ministerio de Educación, y obtenemos un 99% de resultados”, sintetizó sobre la modalidad. En el caso del ciberbullying, cuando no corresponde al ámbito escolar, resulta más complejo reconoció, pero afirmó que la entidad se pone en contacto directamente con los gerentes de cada red social.

Finalmente, aconsejó a los padres o tutores de menores. Dijo que se tomen tiempo para escuchar, ver a sus hijos cómo llegan de la escuela, si les falta algo, o si se les rompió algo, que están atentos a las conductas, si no duermen bien, para detectar si algo malo está pasando. Si es bullying, hay que ir a hablarlo a la escuela.

La ONG Bullying Sin Fronteras es pionera en el abordaje de la problemática. De hecho, la efeméride de hoy 2 de mayo, Día Mundial contra el Bullying, fue propuesta desde Argentina en 2013 y ya es una de las 24 efemérides mundiales, ya que en 2016, la Unesco suprimió el mínimo de 25 años de estudio previo y lo aprobó.

La entidad no tiene redes sociales y utiliza correos electrónicos para recibir consultas o denuncias, y encarar resoluciones.